miércoles, 20 de agosto de 2008

ORO

Se me pianta un lagrimón......


Histórico: el ciclismo consiguió la primera medalla dorada para Argentina
07:27
Juan Curuchet y Walter Pérez se impusieron en la final de la prueba americana y dejaron atrás a los representantes de España y Rusia. Es el primer oro que consigue el país en ese deporte en la historia de los Juegos. "Es un hermoso mensaje para la juventud", afirmó Curuchet.
Por:
Ignacio Ortelli




Lloraban Juan Curuchet y Walter Pérez. Lloraban como nunca. También Nora Vega, en la tribuna, y muchos de los argentinos que estaban en el velódromo de Lao Shan. Y tenían motivos de sobra para hacerlo. Es que la dupla argentina acababa de ganar la final de la prueba americana y de conseguir la medalla dorada que tanto se le había negado al ciclismo argentino en su historia y también al deporte de nuestro país en estos Juegos Olímpicos de Beijing.
Curuchet ya había hecho historia el sábado, al participar de la prueba por puntos y convertirse, a los 43 años y a un paso del retiro, en el único argentino en estar en seis citas olímpicas. Poco importa ahora el puesto 18° en el que terminó el marplatense y que el ganador de esa prueba fue el español Joan Llaneras, quien hoy –en dupla con Antonio Tauler- se tuvo que conformar con la de plata. Porque junto con Pérez lograron lo que ningún otro argentino pudo hacer en la historia del ciclismo. "Esto es un hermoso mensaje para la juventud, para que nunca bajen los brazos. Estoy súper feliz. Vamos Argentina todavía", dijo el marplatense, ni bien terminó la competencia. Atrás había quedado una dura batalla con los españoles y rusos (Mikhail Ignatyev y Alexei Markov), segundos y terceros, respectivamente, una larga preparación en la que Pérez se juró dar todo para que Curuchet tuviera un gran cierre de carrera: "Le prometí un regalo despedida a Juan y le advertí que íbamos a ganar una medalla", contó. Y vaya si cumplió.




"Pegamos el primer golpe y después lo defendimos con el alma y conseguimos esto que es increíble, no lo podemos creer", agregó el oriundo de San Justo, quien ahora además de disfrutar del oro deberá buscarse un nuevo compañero si quiere defender la medalla en Londres. Seguramente Pérez, de 33 años, irá por más logros, con el corazón, como lo hizo hoy. Curuchet, en tanto, seguirá aportando su sabiduría y amor por el deporte desde su lugar. Ojalá que se sepa aprovechar todo lo que tiene por enseñar, tanto adentro como afuera de un velódromo, y que no pase mucho tiempo para que un ciclista argentino nos vuelva a hacer emocionar hasta el llanto.

Diario Clarín
20 de agosto de 2008

jueves, 14 de agosto de 2008

Y Dios Me hizo Mujer


Leonardo Da vinci. La Scapigliata


Y Dios me hizo mujer,

de pelo largo, ojos,

nariz y boca de mujer.

Con curvas y pliegues

y suaves hondonadas

y me cavó por dentro,

me hizo un taller de seres humanos.




Sandro Botticelli. Nacimiento de Venus



Tejió delicadamente mis nervios

y balanceó con cuidado

el número de mis hormonas.

Compuso mi sangre

y me inyectó con ella

para que irrigara

todo mi cuerpo;

nacieron así las ideas,

los sueños, el instinto.




Pablo Picasso. El Sueño



Todo lo creó suavemente


a martillazos de soplidos

y taladrazos de amor,

las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días

por las que me levanto orgullosa

todas las mañanas

y bendigo mi sexo.

Gioconda Belli



Managua (Nicaragua) 1948


domingo, 3 de agosto de 2008

País de Infancia

Existe un país donde todo puede suceder, existe un tiempo en dónde todo es felicidad.
Donde creer es fácil y la desilusión no existe.
Donde somos reyes y princesas, dueños absolutos.
Donde la casa de al lado deshabitada en la que las amapolas crecen solas, es misterio.
Donde la Navidad es una excusa para ir a casa de los Roca y volver con las faldas llenas de golosinas.
Donde Papá Noel deja los regalos escondidos por toda la casa.
Donde los Reyes Magos asustan a la abuela.
Donde cada fiesta es una gran reunión.
Donde Doña Ofelia cambia cajas de huevos por caramelos.
Donde el pistilo de las calas se convierte en yema de huevo y los pétalos de los malvones en esmalte de uñas.
Donde las violetas crecen escondidas debajo de sus hojas y las rosas se muestran en todo su colorido.
Donde trepar las higueras y comer higos es una aventura.
Donde se puede pasar a la casa de al lado por una puerta del fondo.
Donde la libertad es dar la vuelta a la esquina e ir solos a la casa de Claudia y el Chofa.
Donde las visitas se convierten en excusas para hacer travesuras.
Donde a la hora de la siesta nos hacemos los dormidos y seguimos hablando bajito.
Donde los colchones se convierten en toboganes.
Donde tomar mate de leche nos iguala a los adultos.
Donde jugar en la calle no implica peligro.
Donde el recreo de la 11 llega con olor a leche caliente de El Amanecer.
Donde las virutas de los lápices de colores afilados se convierten en flores pegadas a una hoja.
Donde los tubos de papel vacío cobran vida en personajes de cartulina.




















Existe un país donde todo es posible.

Es el País de La Casa De Mi Abuela.